El autor cerraba la crónica preguntando, “¿Qué transporte podemos ingeniarnos para que Jessica pueda ir desde su vereda hasta El Salado a estudiar?”.
(Lea aquí la crónica completa: http://www.elespectador.com/noticias/nacional/los-motivos-de-jessica-articulo-451309)
La pregunta no podía quedarse sin responder, y un lector decidió poner una tutela al respecto. En representación de Jessica, el ciudadano Luis Domingo Gómez Maldonado interpuso una tutela, que es esencialmente una demanda que puede hacer cualquier ciudadano, para sí mismo o en representación de alguien más, cuando cualquier entidad pública está vulnerando alguno de sus derechos fundamentales y ya ha agotado todos los otros mecanismos de conciliación.
La tutela, a favor de Jessica y en contra del Ministerio Nacional de Educación, el Departamento de Bolívar y la Alcaldía Municipal del Carmen de Bolívar, fue fallada a favor de Jessica, a quien se le estaba vulnerando el derecho fundamental a la educación, al no proveerle un medio de transporte o las vías adecuadas para garantizar su acceso a la escuela.
El alcalde del Carmen de Bolívar, Francisco Vega Arrauth, era el encargado de acatar el fallo y darle solución al problema de Jessica. En la alcaldía decidieron contratar un conductor que recogiera en su vehículo a Jessica y la llevara a la escuela del Salado y de vuelta a su casa todos los días. Sólo a Jessica, ya que en papel, era ella la única beneficiaria de la tutela.
Pero en la realidad, como Jessica había muchos otros niños, habitantes de las otras 5 veredas de El Salado (Villa Amalia, El Bálsamo, La Emperatriz, El Espiritano, El Danubio) que tampoco asistían a la escuela, (en las dos últimas ni siquiera tienen primaria) por exactamente los mismos motivos que ella.
Como es lógico, la comunidad protestó ante la decisión del Alcalde, y luego de explicarle con argumentos de peso por qué la decisión también debía albergar a todos los niños de las otras veredas, se llegó a un acuerdo que resolvió por fin el dilema de Jessica y de todos sus compañeritos.
Desde el 27 de marzo se puede ver, muy temprano en las mañanas, a la camioneta que recoge a los niños sobre la vía que va del Carmen al Salado. A los niños les toca salir desde su casa hasta “el paradero” sobre la vía principal, y los van recogiendo desde las 6 de la mañana, primero a los del Danubio, luego los del Espiritano, siguiendo los de la Emperatriz, el Bálsamo y por último Villa Amalia. Los niños están tan emocionados con ir al colegio en su propio bus, que nunca los deja la ruta. Luego, al medio día, el Conductor espera a que salgan de clases y almuercen en el restaurante escolar para empezar el recorrido de regreso.
A Jessica y los otros dos o tres niños de su vereda que ya van al bachillerato, los recoge un conductor distinto, en un vehículo más pequeño, ya que Santa Clara no queda sobre la vía al Carmen, sino en la dirección opuesta, hacia donde empieza el departamento de Sucre en el corregimiento de Canutalito, del municipio de Ovejas.
De esta forma, gracias a la acción desinteresada de un ciudadano como todos nosotros, los niños de las veredas llegan todos los días al Salado a cursar su bachillerato, tan a tiempo como el clima lo permite, y cuando alguno no llega, ya no será por los viejos motivos de Jessica.